—Yo, Jeon Jungkook acepto a Park Jimin como mi esposo y compañero, estaré contigo en las buenas y en las malas, en la pobreza y en la riqueza, prometo cuidar de ti en todo momento —le puso el anillo en el dedo anular de Jimin mientras hablaba.

—Yo, Park Jimin acepto a Jeon Jungkook como mi esposo y compañero, estaré contigo en las buenas y en las malas, en la pobreza y en la riqueza, prometo cuidar de ti en todo momento —imitó la misma acción que hizo Jungkook momentos antes.

—Dicho esto, puedes besar al novio.

Mientras los gritos y aplausos se escuchaban, la pareja de —ahora— esposos se miró y se dieron un corto piquito, en cierto punto que muchas personas los miraran besarse les daba un poco de vergüenza.

—¡NO ESO NO SE VALE, YO QUERÍA UN BESO DE LENGUA! —gritó el hermano de Jimin, sacándole una risa a todos los presente.

—Ahora eres Jeon Jimin —dijo el alfa.

—Señor Jeon Jimin... me gusta —dijo coqueto.

Por fin podía llamar a aquel hermoso chico que ha estado con él desde los 14 años, quien ha amado y respetado, su esposo.

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Para su luna de miel se quedaron en un hotel cerca de la playa, Jimin se dirigió al balcón para mirar la maravillosa vista, el sol escondiéndose en el mar, las gaviotas volando, el sonido de la olas rompiéndose cuando llegan a la orilla, simplemente perfecto.

—¿Qué ves bonito? —el alfa posó sus manos en la cintura del omega y colocó su barbilla en el hombro de este.

—El mar, ¿hermoso verdad? —recibió un sonido de afirmación por parte del mayor—. Pero no más bonito que tú.

—No digas esas cosas —las mejillas del alfa se pusieron rosadas, ah, podían pasar mil años y el alfa se seguía sonrojando con los halagos de su omega.

—Me gusta verte así —se volteó viendo los ojos del pelinegro y puso sus brazos alrededor del cuello de Jungkook—. Eres un alfa suavecito.

El alfa no tardó en atacar los labios del menor con un dulce beso, como la primera vez.

Fin.